Casi el 70 por ciento de los trabajadores agrícolas estadounidenses son extranjeros de nacimiento, y aproximadamente el 45 por ciento de los trabajadores agrícolas son inmigrantes indocumentados. Un número cada vez mayor de trabajadores tienen visados temporales de no inmigrante H-2A, programa cuyo tamaño se ha duplicado con creces en la última década. Los trabajadores agrícolas inmigrantes, que a menudo trabajan y viven en la sombra, son increíblemente vulnerables al robo de salarios y a otras prácticas laborales injustas. Farmworker Justice trabaja con socios, legisladores y agencias gubernamentales para promover una política de inmigración que trate a los trabajadores agrícolas con justicia y dignidad.